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Tejiendo el futuro de la seda italiana con Il Nido di Seta

Fomento de una nueva cadena de suministro de seda en Italia

La seda, cuya historia se remonta a hace miles de años, mantiene un vínculo irrompible con el legado de Gucci y conforma la esencia de las creaciones más emblemáticas de la Firma. Aunque este material es el paradigma de la excelente artesanía italiana, su producción ha desaparecido casi por completo en el país.

Gucci apoya su reintroducción en Italia con un proyecto piloto que forma parte del compromiso de la Firma con el fomento de prácticas de agricultura regenerativa, un pilar esencial de su enfoque positivo para la naturaleza, en el que la sostenibilidad y la innovación van de la mano en la producción y el cultivo de la seda. Se promueve una técnica totalmente nueva en la cadena de suministro de seda, desde la plantación de moreras en campos abandonados y la mejora de las zonas rurales mediante la agricultura orgánica, hasta el desarrollo de nuevas tecnologías para los procesos de fabricación y la mejora de las habilidades de agricultores y artesanos en el trabajo con la seda. Esta iniciativa permitirá a la Firma obtener seda producida en Italia con prácticas agrícolas orgánicas, que podrá utilizar en sus próximas colecciones.

El renacimiento cultural empieza en la explotación agrícola Il Nido di Seta

Il Nido di Seta es una explotación agrícola situada en San Floro, una pequeña localidad italiana montañosa de la región de Calabria, en el sur de Italia, donde tres jóvenes amigos, Miriam Pugliese, Giovanna Bagnato y Domenico Vivino, se reunieron para recuperar las tradiciones locales. Después de que sus caminos se separaran, los tres volvieron a unirse y decidieron labrarse un futuro en este pequeño pueblo de 600 habitantes y recuperar la plantación y el cultivo tradicionales de morera, necesarios para la cría de gusanos de seda. Históricamente, San Floro era conocida por la muy significativa producción de seda salvaje en el siglo XVII, aunque este legado se ha perdido en la actualidad.

“Tenemos una copia del mapa de los bosques de moreras del año 1500. Toda Calabria estaba cubierta de ellos y algunos campos datan incluso del año 1000. No hay pueblo ni ciudad de Calabria en los que no haya un distrito cuyo nombre haga referencia a las moreras en el dialecto local y, en la actualidad, cada parcela y cada propiedad tiene al menos una morena. En cuanto a la producción de los capullos, hay documentos que muestran que, a partir de principios del siglo XIX, en San Floro se producían alrededor de 1 500 kg al año”.

Los únicos elementos que quedan de este extenso legado son las 3 000 moreras abandonadas y los recuerdos de las personas de más edad. Miriam y sus amigos han retomado la producción de seda contribuyendo así a volver a tejer la historia de esta materia prima y han viajado por todo el mundo para intercambiar buenas prácticas con institutos de la seda en Tailandia, India, Suiza y Francia. Además, este grupo de amigos ha apoyado la creación de un pequeño grupo de artesanas locales que trabajan en un laboratorio casero en este pequeño pueblo. Como parte de su desarrollo, han formado a personas interesadas en su nuevo modelo de producción sostenible y han atraído a miles de turistas de todos los rincones del planeta a visitar su explotación agrícola para descubrir de primera mano cómo se produce la seda.

El apoyo de Gucci al proyecto

A principios de 2022, las posibilidades futuras de la explotación agrícola aumentaron tras una reunión con Gucci. Gracias a esta colaboración con Gucci, Miriam y sus amigos han emprendido el camino hacia un objetivo aún mayor. El objetivo del proyecto piloto es crear una nueva cadena de suministro para la producción de seda, incluida la fabricación de los primeros productos de Gucci con hilo de seda fruto de prácticas agrícolas orgánicas a nivel local en los próximos años. A partir de las buenas prácticas de este programa piloto, Gucci también podrá estudiar la expansión de los agricultores involucrados para promover la producción regenerativa de seda y, en consecuencia, hacer que la abandonada cadena de suministro de seda de la región vuelva a estar llena de vida. Con los socios científicos CREA, el instituto de investigación público italiano especializado en las el proceso y las tecnologías de la cría de gusanos de seda, y Ongetta, el fabricante de hilos de seda, el futuro del proyecto y los múltiples beneficios que derivan de él son muy prometedores.

Impacto positivo en la comunidad y el planeta

La iniciativa con Il Nido di Seta permitirá redescubrir las habilidades artesanales tradicionales y creará oportunidades de empleo en las zonas aisladas, que tienen un alto riesgo de despoblación debido a la falta de puestos de trabajo disponibles, un aspecto fundamental para el resurgir del campo. La colaboración también ayudará a Miriam en su objetivo de mantener la red de artesanos locales y las técnicas tradicionales de Il Nido di Seta. A nivel cultural, hay un museo centrado en la seda que preserva este patrimonio de la historia y las tradiciones de esta fibra, y, además, los tres amigos han creado una academia para garantizar la transmisión de los conocimientos antiguos a las nuevas generaciones de artesanos.

Desde el punto de vista ambiental, el proyecto favorece a la naturaleza gracias a la plantación de moreras, lo que mejora el estado del suelo y aumenta su capacidad para extraer carbono de la atmósfera. El fruto del árbol y los residuos de la producción de seda también pueden transformarse en subproductos de varias formas, como mermelada y cosméticos. De esta manera, se fomenta la mediante el uso de los recursos anteriores encima y más allá del foco principal de producción de seda.

“Nuestro trabajo evita la desaparición de una tradición, que es un gran motivo de orgullo para la región. Gracias a lo que hemos aprendido del pasado, estamos creando un sistema económico. Nuestro próximo y emocionante reto es ver las tradiciones de nuestros antepasados en las pasarelas internacionales”, afirma Miriam.

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