Compartir las experiencias de primera mano de las mujeres, especialmente cuando los avances en la igualdad de género están en peligro
La esperanza podría convertirse pronto en la moneda más codiciada, ya que, debido a la pandemia de COVID-19, el mundo se resquebraja bajo el peso de sus propias incoherencias. “Benditas son las grietas que te dejan ver la luz”, escribió Nietzsche. Habrá muchas necesidades urgentes que satisfacer en un futuro próximo y las grietas son muchas, pero es posible que nuestro deseo más vital se traduzca en liderazgo. Por “liderazgo” me refiero a aquellas personas en las que merece la pena fijarse cuando anhelamos empatía, coraje y fortaleza de carácter. La idea de “ciudadanía cualificada” nos ayudará a navegar por las grandes y pequeñas dificultades ante las que nos colocará el virus. Por “esperanza”, me refiero a la capacidad de ver la luz a través de las grietas.
Como mujeres, no llegamos a escribir la historia y, en su lugar, nos borraron de sus páginas como los restos de un lápiz afilado. Pero nosotras lo aceptamos, ¿verdad? Lo digerimos, lo sufrimos, salimos por la puerta trasera y dejamos atrás la venganza. Es precisamente aquí donde quizás subyace una explicación: no se trata de género, se trata de preparación, y las mujeres que han sido objeto de todas las formas de injusticia posibles desde los primeros registros de la historia están exquisitamente bien formadas y preparadas.
En toda su diversidad, las narrativas que hemos publicado en la plataforma CHIME FOR CHANGE en formatos multimedia durante los últimos siete años se sienten como joyas preciosas, la expresión de la respuesta humana a los problemas humanos. No puedo encontrar una mejor manera de ilustrar esto que aportando una selección de historias entrelazadas sobre las vidas de dichas mujeres normales y corrientes procedentes de distintas partes del mundo. Cada persona y cada lucha son un hilo más en el manto colectivo femenino, un entramado formado por mujeres de todas las razas y credos, culturas y creencias, que se esfuerzan diariamente por mantener a todos sanos, seguros y arropados y también por mantener el planeta vivo.
En mi papel como directora editorial de CHIME me he sentido como una artesana de la orfebrería. Ayudo a extraer la sabiduría intrínseca y a capturar el proceso que condujo al cambio para el bien mayor. Una vez que reluce el brillo, veo cómo esta historia proyecta su luz sobre los demás. Muy a menudo se desencadena el deseo de hacer el esfuerzo para convertirse en una versión excepcional de uno mismo y de reflejar este hecho en su relación con el mundo.
Las mujeres solamente constituyen el 7 % de los líderes mundiales: 10 de los 152 jefes de estado electos. El caso es que esas 10 mujeres han superado a ese 93 % con liderazgo y autoridad (salvando además decenas de miles de vidas hasta el momento durante la pandemia) en países tan lejanos entre sí como son Nueva Zelanda, Finlandia, Taiwán y Alemania. Al mismo tiempo, la violencia doméstica ha triplicado sus cifras en todo el mundo durante el confinamiento. Por supuesto, la igualdad de género está lejos de ser un recuerdo: la ablación y el matrimonio infantil, el tráfico sexual, los ataques con ácido y el planchado de senos, las epidemias y las guerras todavía definen las vidas de millones de mujeres, por lo que estas voces también reclaman urgencia en su estado atemporal. Vamos a unirnos como no hemos hecho hasta ahora, restauremos la fe en nosotras mismas y hagamos que las almas con mayor experiencia amadrinen a las mujeres jóvenes para luchar por la justicia de género, desde Afganistán hasta Ucrania.
Ellas se están liberando de la violencia que se ha infligido a sus madres y a cada mujer de su linaje. Lo están haciendo por todas las mujeres y al mismo tiempo están sanando un mundo enfermo, aún más con el coronavirus, con sus pequeñas manos y sus inmensos corazones, tal y como siempre han hecho.
Es por este motivo que gracias a las mujeres y a sus aliados puedo creer en lo que se muestra a continuación.
Espero que disfrute de lo mejor de esta serie de CHIME.
Mariane Pearl, anterior directora editorial de la plataforma periodística CHIME FOR CHANGE